La alergia a los alimentos puede aparecer a cualquier edad, desde el lactante hasta el adulto.
Su modo de presentación es muy variado, desde una simple afectación cutánea hasta un grave cuadro de shock anafiláctico, por lo que diagnosticar el alimento implicado es fundamental para proporcionar al paciente alérgico las normas oportunas de evitación tanto del alérgeno como de fuentes de alimentación donde éste pueda ir oculto o inadvertido.
El diagnóstico se basa en una historia clínica, pruebas alérgicas cutáneas y de laboratorio, y en casos seleccionados, las pruebas de provocación o tolerancia. En algunos casos se realiza el diagnóstico molecular para definir mejor el perfil alérgico del paciente así como en los casos de alergias complejas.
En los últimos años se están realizando en España el tratamiento desensibilizante con algunos alimentos.